"Siempre me pareció curioso como hacia la gente para sobrevivir a los episodios de sus vidas que les pateaban el corazón por el suelo. Me hacia verlos como a gigantes de hierro que apartaban cerros, bosques, montañas y mares con la fuerza de sus voluntades puras. Al principio, me creí incapaz de agigantarme de esa forma; y durante años, vivir la vida me pareció imposible. Pensaba que en algún momento iba a a terminar sucumbiendo a las inclemencias de sentir, así que me aparté de todo lo que pudiera penetrar mi coraza protectora."
Así empieza la aventura de Daniel.
25 de septiembre de 2008
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